sábado, 29 de septiembre de 2012

La familia Casterviil

Una lugar diferente.
De compañía, un café entre mis manos, códigos extraños que descifrar y mi añorada soledad.
Pienso en tu día a día, pero sin mi.
Me imagino sonriendo,¿cuanto hace que no lo hago?
Paso de puntillas por la necesidad de refugiarme entre mi tristeza.
Le miro desde lejos y me soprende controlarlo. Algo ha cambiado.
No pienso en el miedo que me producía antes, solo pienso en huir de aquí.
Observo el incisivo que asoma en tu sonrisa. Esa sonrisa desigual, despreocupada que solo muestras a quien quieres.
Si en algún momento te acercas,
un velo de indiferencia
te acecha los ojos. Con cada mirada,
intentas tachar cada una de las palabras escritas y dichas entre risas
de un tiempo atrás.
Cierro los ojos.
Intento viajar a ese lugar oscuro de mi conciencia en el que otras veces me sumerjo de forma espontánea y deliciosa. Casi no lo recuerdo.
Mi oscuridad se viste de notas, folios, letras, números…
Intento moverme,pero no lo consigo,se que esperas un simple amago de huida para placerme con un doble conjuro de red estelar. No estoy segura de si soportaría otro de esos rayos de color amarillo contra mi cuerpo.
Cierro los ojos.
Intento viajar a ese lugar oscuro de mi conciencia
en el que otras veces me sumerjo de forma espontánea y deliciosa.
Casi no lo recuerdo.
Mi oscuridad se viste de notas, folios, letras, números…
Mi extraña sensibilidad,echando de menos los paseos por las calles de la ciudad, ya lejanos.
Quince años. Quince miserables años encerrada en un especie de internado donde se pasan la vida diciéndome como usar mis poderes y mi ingenio sobrenatural.
Me he planteado escapar cientos de veces,pero siempre esperaba el momento,lugar y la hora perfectos. Hoy, definitivamente lo haré.
Me levanto de la silla lentamente,mientras dejo la taza en la mesa.
Entro en nuestra habitación, a oscuras.
No sé bien si es un sueño o una pesadilla. Me recibe su olor
esparcido por todas las cosas,
como el humo de un cigarro,
flotando en el aire.
Es como un reloj abandonado
en el cajón de la mesilla, que al abrirlo, su tic tac, persistente y ambiguo,te recuerda el tiempo perdido, las horas pasadas en esa habitación.
Todas las risas, todas las lágrimas,se acumulan de golpe en mi garganta.
Siento como si se hubieran aprovechado de mi. En realidad lo hicieron,pero hasta ahora no lo sentía tan adentro.
Sabían que yo no tenia ninguna idea de lo que mi mente era capaz de hacer, de lo que puedo crear con unas simples palabras, el daño que puedo hacer, la cuestión es,¿Estoy haciendo lo correcto? Bueno yo no se nada, quienes son los buenos, quienes son los malos¿A quien ayudo realmente?
Dejo todas esas preguntas a un lado, ahora lo importante es salir de aquí ,y empezar una vida normal.
Observo tentadora mente la ventana de la habitación. El no esta aquí, esta en la sala tumbado en el sillón,es el momento justo para poner mi plan en marcha.
Abro la ventana, veo una cornisa amplia que conecta con una parte inclinada del tejado, salto a la cornisa de la ventana , y observo el saliente de azulejos que se encuentra un par de metros mas abajo.
Salto, salto sin miedo, caigo en el saliente de azulejos sin hacerme ni un rasguño.
Me encuentro en la terraza del comedor de la cuarta planta. Me impresiona lo rápido que he bajado de el séptimo piso, al cuatro. Ahora solo tengo que pasar desapercibida y pronto saldré de este sitio.
Me giro para contemplar la cristalera que permite ver el comedor, ahora desierto.
Aparto uno de los cristales que esta suelto desde hace un par de meses y entro en la gran sale tenueemente iluminada.
Corro así el pasillo, en el cual miro con atención que no se encuentre nadie en el perímetro. Efectivamente no hay nadie.
Empiezo a caminar tranquila y despreocupadamente, aunque siento lo contrario, hacía el noroeste.
Escucho pasos a mis espaldas,reaccionó con un pequeño hechizo recién aprendido.
–Ilusión óptica- susurro intengiblemente,mientras observo como salen de mis manos unos rayos verdes y me oculto en el hueco de una puerta.
A medida que se acercan los pasos, mi hechizo empieza a crear la ilusión de otra puerta enfrente de la verdadera, dejandome oculta entre un fino espacio.
Los pasos de alejan rápidamente y a su ves la puerta desaparece.
Continuo mi camino, hasta llegar a las escaleras,una vez allí corro escaleras abajo, tanto como mis largas piernas me permiten, mientras pienso a donde voy a ir después de lograr ser libre.
Al final de las escaleras veo un puerta de madera pequeña comparada con las demás. La abro escuchando un chirido espantoso y salgo al jardín.
Un manto oscuro cubre todo el cielo, haciendo que los árboles que me limitan con el exterior se conviertan en simples sombras algo diluidas.
Decido hechar a correr asia su interior, aun sabiendo que correría un peligro al ir por aquel lugar,no podía permitirmi tirar todo el plan por la borda ahora.
–¡Por allí!-dijo un hombre que corre a mis espaldas.
Se habían dado cuenta.
Todo se volvió oscuro, no tengo pan b, simplemente me quedaba correr.
Corro tanto como mis piernas me permiten. Apartando ramas y saltando piedras caí al suelo, sobre un pequeño montón de hojas.
Creo que en ese montón de hojas es un escondite perfecto. Me cubro con ellas las el cuerpo y aguanto la respiración tanto como puedo.
Escucho pasas cercanos.
-Ha desaparecido- comenta un el hombre que antes me había descubierto.
-¿Dónde esta?-pregunta otro, lo que me hace pensar que no solo hay dos.
-¿En el montón de hojas?- pregunta una voz femenina mas lejana , y algo familiar. Es Nesha.
Nesha es una de las pocas personas de la Sociedad 9 con la que se pude hablar con total libertad,pero ahora que lo pienso, no es tan buena como imagine, al fin y al cabo les esta ayudando.
Me van a descubrir si no pienso nada antes de que lleguen al montón de hojas.
-¿Le lanzo un Fuego Dorsal?- la voz masculina que antes había preguntado donde podía estar propuso lanzarme un conjuro, cual me ara saltar por los aires.
-Si, claro- afirma Nesha.
Me cuesta creer que ella, me este complicando la huida. Todo por mi asqueroso apellido, un simple apellido como cualquier otro. No,el mío trae historia, una inteligencia sobre natural, unas claves para ayudar a conseguir hechizos…complicaciones, que no me dejan ser normal.
-Fuego Dorsal- gritan las tres voces a coro.
Me había sumergido en mis deseos de ser normal que no me para a pensar en eso.
Momento duro, mente fría y un conjuro.
-Jaula Del Bosque – no se me corre nada mejor que lanzar ese hechizo, unos palos de luz verde cubren mi entono y me protegen.
Si a alguien le quedaba duda de si me encontraba en el montón de hojas, yo me encargue de demostrar que estaba.
Me levanto mientras me desprenó de algunas hojas que se han quedado unidas a mi ropa. Miro mi entorno. Tres personas con un bodi de color verde oscuro y botas negras hasta las rodillas me miran y reunen fuerzas para que su conjuro logre romper mi jaula.
Lo lanzan. El rayo de color rojizo toca los barrotes verdes de mi jaula,pero no se rompe.
-Maldita Casterviil- casi escupiendo las palabras uno de los chicos.
Sonrió para mis adentro«Ingenuos»pienso«¿Deberás creen que voy a dejarme coger tan fácil?»
-Ya sabes lo que dicen: Se tiene o no se tiene- le espeto al chico acompañado de un giño.
-Bloqueo- escucho un grito de una voz masculina a mis espaldas, cuando me giro ya es demasiado tarde y el rayo blanco me alcanza, caigo al suelo inmóvil.
No siento dolor, pero si incompetencia, no puedo moverme…he fallado, me espera un castigo.
Una silueta oscura que no podía identificar se a rodillo junto ami. Entonces puede observar quien era. Mi guardián de la Sociedad 9,el que observe hace un rato en nuestra habitación, el que parecía que no se había dedo cuenta, me había atacado por las espaldas. Típico de un basura como Prind
-Chica, tu lugar esta aquí, ayudando a la agencia a resolver los misterios que tu familia dejo. Necesitamos tu inteligencia, y a ti con ella- dijo Prind, si lo pienso su nombre rima con pringado, que no se queda lejos de lo que es.
-Tu lo has dicho mi familia no yo. Ahora liberame del conjuro- consigo articular unas cuantas palabras.
Los otros tres miran la escena, esperando uno orden de Prind,para cogerme y llevarme a mi habitación.
¿Quizás…y si…me dejo llevar hasta estar suelta, consigo que me libre y. me escapo otra vez? Si, eso haré.
-Venga, anda liberame, que tengo que terminar el acertijo de la página doce del libro de mi padre- miento, ya que el doce lo había terminado hace meses.
-¿El libro de los Augurios?-pregunta Nesha- Toma- se acerca hasta Prind y le da un libro de tapa oscura con pequeñas letras de color azul metalizado.
Un libro que mis antepasados escribieron de forma enrevesada,para que solo un Casterviil pudiera entenderlo.
-Ese mismo- digo yo con algo de rencor hacia ella.
Prid lo cogió, me toco la espalda con un dedo y luego añadió:
-Ya eres libre. Ahora coge tu libro.
Me levanto lentamente y me sacudo la flada. Cogo el libro.
-Adiós- grito mientas echo a correr.
Los cuatro se miran con mala cara,mientas corren asia mi .
Divisó un muro a lo lejos, me propongo saltarlo,pero es muy alto.
Toco el muro de yeso gris, y noto que es muy débil un simple conjuro lo tiraría al suelo.
-Umm rayo de luz- un pequeño destello ilumina mis manos y tumbo al muro asía la calle.
Salto los escombros del recién caído muro, hasta llegar a la calle.
Miro la carretera, visualizo una pequeña tienda de música en la cera de enfrente, me propongo ir hasta allí